miércoles, 5 de julio de 2017

Guerra entre Dioses

En el “Vanaparvan”, que pertenece al antiguo Mahabharata hindú (capítulos 168-173), se describen las residencias de los dioses como asentamientos en el espacio, que giraban en órbita muy por encima de la Tierra. Lo mismo puede encontrarse en el capítulo 3, versículos 6-10, del Sabhaparva. 

Estas estaciones espaciales gigantescas tenían nombres tales como Vaihayasu, Gaganacara y Khecara. Eran tan enormes que las naves-lanzadera (los vimanas) podían entrar en su interior por enormes puertas.

No estamos hablando de unos fragmentos oscuros que nadie puede estudiar, sino de unos textos hindúes tradicionales y antiguos que se encuentran en cualquier biblioteca importante. En la parte del Mahabharata llamada “Drona Parva”, página 690, versículo 62, podemos leer que tres ciudades grandes y hermosamente construidas giran alrededor de la Tierra.



De éstas se extiende la discordia a las gentes de la Tierra, y también a los propios dioses, en una guerra de proporciones galácticas (versículo 77):

“Siva, que viajaba en este carro muy excelso que estaba compuesto de todas las fuerzas del cielo, se preparó para la destrucción de las tres ciudades (celestiales). Y Sthanuy, este jefe de los destructores, este azote de los Asuras, este gran luchador de valor sin límite, dispuso sus fuerzas en excelente formación de combate… Cuando las tres ciudades volvieron a cruzarse entre sí en sus caminos por el firmamento, el dios Mahadeva las atravesó con un terrible haz de luz de la boca triple de su arma. Los Danavas no podían mirar el camino de este haz de luz, que tenía el alma del fuego-yuga y contenía el poder de Visnú y de Soma. Mientras los tres asentamientos empezaban a arder, Parvati se apresuró a acercarse para contemplar el espectáculo”. (Roy, D. R: The Mahabharata, Drona Parva, Calcuta, 1888).

Volviendo al Mahabharata palabra sánscrito que no en vano significa “gran guerra” se puede leer que Maia “deidad” hindú, construyó un gran habitáculo de metal, que fue trasladado al cielo…

Cada una de las divinidades, como Indra, Yama, Varuna, Kuvera y Brama, disponía de uno de estos aparatos metálicos y voladores llamados “vimanas”. Estos vehículos cósmicos tenían la forma de una esfera, y navegaban por los cielos por el efecto del mercurio que provocaba un gran viento propulsor. Los hombres alojados al interior de las vimanas podían recorrer grandes distancias en un instante.

Otra referencia intrigante la aporta Narada (el gran sabio de la antigua tradición)quien menciona a una “ciudad volante” perteneciente a Indra, “estacionada” interrumpidamente en el cielo; por si ello fuera poco, ese portento estaba rodeado de una “pared” blanca, que producía destellos de luz en el firmamento. Sin comentarios.

En el Ramayana, otra antigua obra hindú, también se habla de esos misteriosos objetos volantes. Según se dice, las personas que se montaban en aquellos vehículos divinos podíanviajar hacia los cielos y dirigirse inclusive a las estrellas y a mundos lejanos, para luego retornar a la Tierra.

Esta y otras epopeyas hindúes, describen batallas aéreas con “misiles” semejantes al rayo, capaces de destruir los sembrados y convertirlos en tierra yerma. Una de tales armas, desprendía “un humo más brillante que diez mil soles”.

Por otra parte, en los archivos reales de la cultura hitita, se habla del dios Teshub “Divino Tormentador” y de sus pretensiones por controlar las regiones superiores de la Tierra; se menciona además las batallas que el dios Kumarbi había lanzado contra él y contra sus descendientes. Al igual que el relato que ofrecen otras culturas del mundo, el vengador Kumarbi se apoya en otros “dioses” aliados para dar la batalla final.

El hilo conductor está en que los hititas, aunque pronunciaban los nombres de sus deidades en su propia lengua, los escribían utilizando la escritura sumeria. Para pensar un poco más, el término “divino” que empleaban, “DIN.GIR”, es sumerio, y significa “Los Justos de las Naves Voladoras”… pero no todos fueron tan “justos”.

La epopeya hitita, con claras connotaciones sumerias, recuerda también el relato sánscrito de la batalla final entre Indra y el “demonio” Vritra:

“Y entonces se pudo contemplar una terrorífica visión, cuando dios y demonio entablaron combate. Vritra disparó sus agudos proyectiles, sus incandescentes rayos y relámpagos… Después, los relámpagos se pusieron a centellear, los estremecedores rayos a restallar, lanzados orgullosamente por Indra… Y de pronto el toque de difuntos de la perdición de Vritra estuvo sonando con los chasquidos y estampidos de la lluvia de hierro de Indra; perforado, clavado, aplastado, con un horrible alarido el agonizante demonio cayó de cabeza… E Indra le dio muerte con un rayo entre los hombros…”

Todas las referencias que disponemos, ya sean largos relatos épicos o proverbios de dos líneas, señalan a los dioses en medio de terribles batallas estelares.

Los dioses del hinduísmo libraban batallas entre sí “en el firmamento”, como Ismael (o Lucifer) en la tradición judía:

“Ismael era el mayor príncipe de los ángeles del cielo. E Ismael se unió con todos los ejércitos más altos del cielo contra su Señor; reunió a sus ejércitos a su alrededor y descendió con ellos y se puso a buscar una compañera en la Tierra”.

Y ¿qué leemos en Enoc? Éste describió el motín de los ángeles, y enumeró, incluso, sus nombres.

Este núcleo de la tradición (la batalla en el cielo, la lucha entre los dioses) es lo decisivo, y el concepto simplista del cielo que aceptan las diversas religiones hace de ello una farsa.

Como ejemplo de estas batallas está la destrucción de la ciudad de Mohenjo-Daro en la India, hace unos 3.500 años, que podría estar relacionada con estos relatos. Según hoy sabemos, sobre esa ciudad se produjo un resplandor deslumbrante, una gigantesca explosión con una luz totalmente cegadora y que hizo hervir los mares cercanos a este enclave costero.

“Es un rayo desconocido, gigantesco, mensajero de la muerte que redujo a cenizas a los Vrishnis y a los Andhakas. Los cadáveres quemados no eran reconocibles. A los muertos se les caía el cabello y las uñas… Cukra, volando en una vimana de gran poder, lanzó sobre la triple ciudad un objeto único cargado con la fuerza del Universo.Una humareda incandescente, parecida a diez mil soles, se elevó esplendoroso. Cuando la vimana descendió del cielo, se vio como un reluciente bloque de metal posado en el suelo”. ¿ No os recuerda a los efectos ocasionados por las bombas atómicas?

A día de hoy presenta un excepcionalmente extraño alto nivel de radioactividad. El suelo se encuentra cristalizado, encontrándose los bloques de piedra derretidos o fundidos, los ladrillos de las paredes se encuentran cristalizados una circunstancia que solo se habría logrado exponiéndolos a temperaturas superiores a 1500º centígrados.

¿Que nos están ocultando?

Por Veritas Boss -3 Enero, 2017

Ex camarógrafo de Hollywood: ¡ Yo fingí el aterrizaje del Apolo a la Luna ¡


En esta exclusiva confesión de OZY, el ex camarógrafo de Hollywood de 81 años, Max Canard, se limita a explicar su papel en lo que podría ser el mayor engaño jamás llevado a cabo: el aterrizaje lunar de Apolo.

Caminé por primera vez en la luna en el verano de 1965 – cuatro años completos por delante de Neil Armstrong. Por supuesto, ni yo ni los muchachos de Apolo realmente poner un pie en la luna, pero supongo que muchos de ustedes ya sospecharon mucho.



No estoy orgulloso de ello. Del engaño, eso es. Como dicen, una pequeña mentira para el hombre, un fraude gigante perpetrado sobre la humanidad.

¿Imposible? Bueno, viste a Argo, ¿verdad? Vieron las longitudes a las que la CIA estaba dispuesta a ir para rescatar a un puñado de diplomáticos estadounidenses. Disparar una película falsa era todo lo que realmente estábamos haciendo, también. Excepto que no lo estábamos haciendo sólo para salvar seis vidas estadounidenses en Teherán. Queríamos ahorrar los 200 millones.

Lo llaman un fraude masivo; Lo llaman una conspiración dirigida por el gobierno – lo que sea. Los aterrizajes en la luna de Apolo, en la humilde opinión de 81 años, fueron un golpe de relaciones públicas que logró nada menos que ganar la Guerra Fría. Período. No está mal para algún celuloide y un escenario de sonido – comprado, podría añadir, en aproximadamente un millonésimo del presupuesto general de la NASA Apolo.

Y hablando de escenarios de sonido, ningún aterrizaje lunar fue filmado en un estudio de Hollywood. Eso es cierto. Fueron filmados en el norte de Londres.

¿Cómo puedo saber? Yo era el que sostenía la cámara.

ENCUENTRO CON STANLEY KUBRICK

Cuando era niño, disfrutaba mirando el cielo nocturno de nuestra granja de Pensilvania tanto como el tipo siguiente. Pero las estrellas que realmente tenían mis ojos eran los que estaban en Hollywood. Y tan pronto como tenía mi grado de escuela secundaria en la mano, me dirigí hacia el oeste para perseguir mis sueños de estrellas de cine.

Después de unos años de mesas de espera y jugando un extra en las escenas de la multitud, se había convertido en abundante claro que tenía una cara que pertenecía detrás de la cámara. Y así fue donde pasé después, en 1961. Alrededor del tiempo que el presidente Kennedy decía que Estados Unidos pondría a un hombre en la luna para el final de la década, me mudé de nuevo al este, a Nueva York; Se casó y comenzó a trabajar como camarógrafo, filmando comerciales para cereales, enjuagues bucales y limpiadores de vasos sanitarios para las agencias de publicidad de Madison Avenue. Era un mundo tan loco como lo ves en Mad Men, pero creativamente fue tan inspirador como, bueno, un inodoro.

Pero ver al Dr. Strangelove en el Teatro Victoria en el invierno de 1964 cambió mi vida. Y cuando escuché que su director, el ya legendario Stanley Kubrick, estaba buscando un equipo para su próxima gran película, presuntuosamente envié mi solicitud. Cuando me invitaron a venir al apartamento de Kubrick en el Lower East Side, no podía creer mi suerte.

 Julio 4, 2017
Via: www.ozy.com